Moderatto regresó a Guadalajara, aunque en ésta ocasión, fue para decir adiós, y dejando de manifiesto, que siempre serán culpables de rockear con su público, y lo primero en escucharse fue “Quemándome de Amor”, canción inicial del show que dio inicio minutos posteriores a las 21:00 horas del pasado sábado.



¿Los asistentes pueden pedir reembolso parcial del costo de sus boletos? (broma) Esto debido a que no usaron sus asientos, ya que desde el primer momento del concierto y hasta el minuto final, la gente permaneció de pié, coreando todas las canciones y ovacionando a la banda, tan querida por ellos y que no volverán a ver en vivo, ya que fue la última oportunidad para hacerlo en la perla tapatía.
Grandes éxitos sonaron, tanto propios como de muchos otros intérpretes, tales como “Sentimettal”, «Como quien pierde una estrella”, “Sálvame”, “Si mi delito es rockear”, “Mil demonios”, canción en la que el auditorio apagó sus luces y los asistentes iluminaron el lugar con sus celulares, dándole un toque emocionante e íntimo, y el recorrido auditivo se extendió más allá.
El agradecimiento de Moderatto hacia su público fue constante, por las experiencias, las emociones, los regalos, el recibimiento en la ciudad, los recuerdos, etcétera.


Y en voz de su líder Jay de la Cueva, o “Brian Amadeus” dentro del universo Moderatto, pidió un aplauso para todas aquellas bandas que comienzan su camino tocando covers, y compartió la historia no contada del momento que vivió la banda, cuando propusieron en la disquera, lanzar música propia, propuesta que la compañía les negó, al decirles que ellos eran una banda de covers y que así deberían de seguir, pero que por razones del destino, llegó la oportunidad de firmar en otra compañía que sí aprobó la idea de las canciones propias y fue cuando lanzaron el disco “¡Grrrr!”, marcando un momento sumamente importante en la historia de la agrupación.
La noche era de celebración, queríamos rock&roll y lo tuvimos, y sonó “Rock and Roll all Nite”, y Mick tomó el micrófono para cantarla y encender aún más los ánimos en ese momento.

Otros momentos destacados durante el concierto, fue cuando invitaron a un fanático a tocar la guitarra en una parte de “Ya lo veía venir”, y terminó llevándose la guitarra, ya que fue un regalo por parte de Brian Amadeus.
También el momento en el que se mencionó que Adrian Toussaint, guitarrista que ha acompañado a la banda desde hace tres años, cuando era aún niño, asistía a ver a Moderatto, en los mismos tiempos en el que estaba comenzando a aprender a tocar guitarra, y que hoy ha estado participando con la banda en escena.
“Queremos tocar hasta que salga el sol, que no se acabe”, expresaba el líder de Moderatto.
La música continuaba con “Sólo quédate en silencio”, “Amor prohibido” y el Detector de Metal hacía su aparición, al sonar “Muriendo lento”, y así, despidiéndose y agradeciendo a los presentes.
Sólo fueron pocos los minutos en los que los músicos salieron del escenario, pero volvieron para interpretar unas cuántas canciones más, además de presentar a toda la banda e invitando a todo su staff al escenario, para hacerlo parte y recibir los aplausos, además de felicitar y dar pasteleos a una de sus maquillistas, quien estaba celebrando su cumpleaños ese día.
Y el momento inminente había llegado, el de la despedida, y se dijo, que si se pudieran resumir todas las palabras expresadas en una sola, sería “Gracias”, y con la canción que lleva ese mismo nombre, se despidieron del escenario, de su público, ese que se dió cita para llenar el Auditorio Telmex, y al final, dejando ya sus instrumentos y guardando en sus memorias esos últimos momentos, sonaba en las bocinas del lugar “Don’t Stop Believin” de la banda Journey, mientras la banda decía adiós al eufórico público, tomaban fotografías, videos, chocaban manos y continuaban agradeciendo.
Así, después de más de dos horas de show, Moderatto sellaba su historia en Guadalajara y se despedía, para continuar el trayecto hacia el adiós definitivo.
¿Será en realidad el final absoluto de Moderatto? Solo el tiempo tendrá la respuesta.






Texto y Fotografías por Rodrigo Cerda.