La noche del concierto en Guadalajara fue una velada memorable. Desde los primeros acordes, Amanda Miguel demostró por qué su legado sigue vigente, entregando un espectáculo lleno de nostalgia, presencia y conexión con el público, interactuando constantemente entre canciones y también durante ellas.
Entre luces y visuales, una banda de 8 músicos y un cuarteto de cuerdas, Amanda Miguel se desenvolvió de una manera elegante y natural, se encontraba en su elemento.


El concierto fue un recorrido nostálgico a través de sus grandes éxitos, intercalado con temas de su más reciente álbum «Yo Soy», que aportaron frescura al setlist. Inició con canciones como “Las pequeñas cosas” y “Dudas”, para continuar con “A mi amiga” y “Y te amo igual”, después interpretó temas en inglés, uno de los cuales dedicó “al amor de su vida” (Diego Verdaguer), acompañada de imágenes de su juventud con él, mientras cantaba “(They long to be) Close to you”, en el que fue de los momentos más emotivos de la noche.
Otro de ellos fue al compartir el escenario con su hija, Ana Victoria, para interpretar “Mi buen corazón”, durante el cual ambas externaron su cariño hacia el público y nuestra ciudad.


En un momento, Amanda hizo entrega de 3 vestidos icónicos al ganador de un concurso que llevó a cabo en sus redes sociales, el ganador es un imitador de ella y, al preguntarle qué canciones interpreta, él le respondió que las de “migajeras”, palabra que le hizo mucha gracia y la siguió repitiendo en varias ocasiones, como antes de interpretar “No me vas a olvidar”.
Amanda hizo las delicias del público al cerrar el concierto con las canciones más esperadas por todos: “Castillos”, “Así no te amará jamás” y “Él me mintió” que emocionaron visiblemente al público, quien la despidió de pie, regalándole una ovación por estos 45 años de éxitos y entrega vocal e interpretativa.
Foto y reseña: Ana Paula Jiménez