Tres años de espera valieron cada segundo. Los reyes del power metal melódico, Stratovarius, regresaron a Guadalajara como parte de su Cuauhtli Tour 2025, y lo hicieron con una entrega total y un respeto profundo por su público mexicano. El C4 Concert House se convirtió en un templo del metal sinfónico donde cada acorde, cada riff y cada nota de teclado se sintieron como un rugido de libertad.
Desde el inicio con “Speed of Light”, el público supo que la noche sería épica. Timo Kotipelto demostró por qué sigue siendo una de las voces más potentes y carismáticas del género, mientras Jens Johansson desplegó su virtuosismo en los teclados con precisión quirúrgica. La conexión con el público fue inmediata: hablaron en español, sonrieron, saludaron y agradecieron en cada pausa, mostrando una calidez que rompió cualquier barrera entre escenario y audiencia.


El setlist fue un recorrido glorioso por más de tres décadas de historia. Himnos como “Eagleheart”, “The Kiss of Judas” y “Black Diamond” desataron la euforia colectiva. En medio del set, el bajista Lauri Porra se robó el spotlight con un solo cargado de técnica y emoción, sorprendiendo a todos al incorporar el Himno Nacional Mexicano y “Cielito Lindo”, un gesto que desató aplausos y cantos. Fue uno de esos momentos mágicos que solo ocurren cuando la conexión entre banda y público se vuelve algo más que música.
La energía se mantuvo en alto con temas del disco Survive (2022), como “World on Fire” y la misma “Survive”, demostrando que Stratovarius sigue vigente, poderoso y renovado. El cierre fue apoteósico: el combo “Forever”, “Unbreakable” y “Hunting High and Low” dejó al público extasiado, cantando cada verso como si fuera un juramento.



El nombre del tour, Cuauhtli —“águila” en náhuatl—, cobró todo su sentido esa noche: Stratovarius alzó el vuelo sobre Guadalajara con la fuerza, la técnica y el espíritu libre que los han hecho leyenda desde 1984.
La banda mexicana Sky Wolves abrió la velada encendiendo los ánimos con su propuesta potente y consolidando el orgullo local antes del acto principal.
Entre luces, coros y una comunión sincera, Stratovarius no solo ofreció un concierto: entregó una experiencia que reafirma por qué siguen siendo uno de los pilares indiscutibles del power metal.
Reseña: Ana Paula Jiménez / Foto: Leslie del Moral | Ack Promote